“Con cada puntada, intento honrar a quienes me enseñaron el arte de crear belleza con las manos.”
· ELENA, PROPIETARIA DEL TALLER ·
Durante uno de mis viajes a Cuzco, conocí a Doña Elena, una tejedora de 76 años, en el pequeño pueblo de Chinchero. Doña Elena era una maestra en el arte del telar de cintura, una técnica ancestral que ha pasado de generación en generación en su familia.
Al entrar a su taller, un espacio simple pero lleno de historia, quedé fascinada por la precisión y dedicación que Doña Elena ponía en cada hilo. Durante horas, Doña Elena me explicó cómo las mujeres del pueblo usan tintes naturales como la cochinilla y la raíz de nogal, registrando los secretos que sus abuelas le enseñaron.
Para mi, trabajar con Doña Elena no solo significó descubrir una técnica nueva, sino entender que cada pieza creada lleva la esencia de generaciones enteras. Inspirada por el compromiso de Doña Elena y su familia con sus raíces, es por eso que en Andina decidimos trabajar junto a ella y su comunidad para compartir estos tesoros textiles, manteniendo viva su tradición y mostrando al mundo el orgullo y la historia detrás de cada diseño.